Sabías que…

 

Sabías que…

…La tortilla de maíz tenía muchos nombres originales en la lengua náhuatl, dependiendo del tamaño y del tipo de maíz con que se hacía, según lo documenta Bernardino de Sahagún en Las Historia de las cosas de la Nueva España (cap. XIII). Se les denominaba tatonqui, tlaxcalli (de ahí el nombre del estado de Tlaxcala), tlacuelpacholli; o bien veitexcalli, quauhtiacualli,  tlaxcalpacholli.

…La palabra taco podría provenir de la deformación de estas voces con las que se nombraba a la tortilla, en específico quautiacualli, tlacuelpachollitlaxcalli. Hay quienes afirman que deriva de la palabra tac, palabra con que los españoles designaban al bocado entre comidas.

…Se piensa que el mole fue un invento de inspiración divina creado por la monja hacia el año 1531, para agraciar al Virrey. Sin embargo la palabra mole, proviene de un vocablo náhuatl que significa salsa y sus ingredientes, la gran mayoría son de origen autóctono.

…Los antiguos aztecas cocinaban al vapor colocando los olotes del maíz que cubrían con agua y donde colocaban la carne para su cocción.

… El Aguacate era considerado como un árbol sagrado cuyos frutos daban fortaleza al hombre, según los aztecas. Sus raíces son Ahuaca Cuauitl (árbol), árbol de testículos. (testículo)

…Existe una enorme diversidad de insectos que se consumen en varias regiones de México y que son considerados un manjar muy valioso en el extranjero. De los insectos,  el 70% de su contenido es proteíco por lo que son además muy nutritivos.

… El cultivo de amaranto fue prohibido por los conquistadores. La razón de la prohibición fue religiosa. Con amaranto fabricaban los indígenas imágenes de sus deidades, escribe fray Bernardino Sahagún en su Historia de las cosas de la Nueva España, idolitos que comían ritualmente en algunas festividades. El amaranto era cómplice de su paganidad. Ante el riesgo de que su ingestión contribuyera a revivir ritos idolátricos, se optó por prohibir su cultivo (y se desbalanceó la dieta de los indios). Pasados ya los cultos a «tlálocs» y «tonatiúhes», los mexicanos comen en la actualidad figuritas geométricas de semillas de amaranto, engarzadas por miel, y hay quien se ha atrevido —en un alarde de ingenio— a añadirle una dosis de chocolate al jarabe compactador.